—¿Cómo presidente de la APJTA (Asociación de Peritos Judiciales y Tasadores de Andalucía) cuál es el peor enemigo?

—Para nosotros sólo constituye un verdadero enemigo el intrusismo profesional o aquéllos que quieren arrogarse cosas que las leyes no les atribuyen. Las normas de rango comunitario de obligado cumplimiento para los Estados hablan de que hay libertad de servicios y libertad de honorarios, no se le puede poner puertas al campo, por eso enemistad no tenemos con nadie. Nosotros lo que pedimos al Ministerio de Justicia es que los peritos se acrediten ¿y dónde? Bien en el Consejo del Poder Judicial o bien ante los Tribunales Superiores de Justicia de cada comunidad autónoma. Esto debiera ser así, ya que el perito hace una labor indispensable porque es el que asesora al juez en cosas que desconoce. Debe desaparecer el intrusismo para ganar en calidad.

 

—¿Qué cualidades debe reunir un buen perito judicial?

—Un buen perito judicial debe ser una persona honesta con lo que hace y con sus clientes y no hacer informes para cobrar. Personalmente, a mí no me podrían pedir algo que fuera contrario a mi honor. Después debe ser imparcial, objetivo, para actuar de manera justa y responsable. Y, por último, debe tener una formación, unos conocimientos, para que trabaje quien sepa trabajar. Debe tener una titulación y, por supuesto, una continua formación.

 

—¿Una anécdota curiosa en su carrera?

—Un día, en el caso del robo de unas joyas, se insistía en el IVA en el juicio. En lugar de centrarse en el informe de las joyas se derivaba a otra cosa. La pregunta culmen al final fue si yo había visto las joyas. No, porque están robadas, respondí.